Aquellas personas que siempre están a nuestro lado, en el momento más necesitado, o simplemente aparecen para contarte cualquier chiste y hacerte reír sin ningún motivo. Estas personas son las que llamamos... Amigos. Todos nosotros tenemos a ese alguien que significa más para nuestra vidas; que siempre está allí, que es casi un hermano(a) para nosotros.
Podemos incluso enfadarnos o pelear con ellos, pero al final siempre están para dejar todo atrás y continuar compartiendo. Existen muchos niveles de amigos, siempre por lo menos uno, es el o la que importa más sobre el resto. A medida que pasa el tiempo; siempre conoceremos personas que llegarán a ser amigos por un corto, mediano o largo plazo. Por lo general, he tenido de los tres periodos, en el colegio, liceo, universidad, trabajo. Existen amigos de muchos años. Algunos ya no están, otros tomaron nuevos rumbos lejos de aquí, o sencillamente se alejan por cualquier motivo...
Soy una persona de pocos amigos, conocidos muchos; pero amigos creo que puedo contarlos con los dedos de las manos. No soy muy extrovertido, que se hace amigo de todo el mundo, el que me conoce sabe que es así. Cada uno de ellos son tan diferentes uno de otros, que incluso se tiene que ser mediador entre ellos; por las mismas diferencias que existen. Particularmente me siento muy a gusto de ellos disfrutando de su compañía y compartiendo con ellos, aunque hay momentos en los que me gustaría compartir más, pero no se puede. Cada quien anda en lo suyo como dicen por allí.
Siempre nos preocuparemos por ellos, y viceversa. Es ese bienestar que queremos para ellos, amo a mis amigos, no se que haría sin ellos. Ayer casualmente compartí un cumpleaños de uno de ellos, quien extrañamente con todas sus loqueras que dice, es muy certero en las cosas que conversa. Es un loco de carretera eso sí, pero en el poco más de un año que lo conozco, lo considero mi amigo.
Pero el punto es que, compartir con tus amigos siempre te hará sentir bien contigo, reír, abrazar, llorar, escuchar, ser escuchado, todas esas cosas que hacemos con ellos; son las que más disfrutamos. ¿Pensaran como se puede disfrutar llorar con un amigo? Pues sí, porque después de las lágrimas siempre vienen las risas.
La amistad puede ser tan frágil como un cristal o tan fuerte como un diamante. Es cuestión de nosotros como amigos ver que tan fuerte puede llegar esa amistad que nos une...